A ratos tengo la sensación de que los cristianos españoles perdemos mucho tiempo y energía lamentándonos sobre el papel al que pensamos que nos relega la sociedad actual. Y, por contraste, pienso que podríamos hacer verdaderos milagros si invirtiéramos ese tiempo, esa energía y un poco de imaginación en aportar mejoras a esa sociedad a la que estamos llamados a transformar.
Menos discusiones con el vecino y más observación de sus necesidades y carencias. Menos teorías ideológicas y más soluciones viables a los problemas reales. Menos esperanza en los políticos y más fe en las ideas de la gente capaz.
Estas son las premisas sobre las que ha trabajado durate los últimos años Jane Chen para aportar una solución simple, accesible y barata al problema de la mortalidad infantil de los bebés prematuros en países en vías de desarrollo. Lo cuenta así en una conferencia en el foro TED, el no va más de la innovación a nivel mundial:
Impresionante, ¿verdad? Ese abrazo caliente puede, efctivamente, salvar millones de vidas. Es encomiable su imaginación, su profesionalidad y su capacidad para poner en marcha el proyecto. Y se ve que es una tipa muy lista: después de hacer el doctorado en la Kennedy School of Government de Harvard, trabajó en la Fundación Clinton durante unos años. Después decidió montárselo por su cuenta y fundó Embrace Global, la fundación desde la que está identificando problemas de la humanidad que pueden ser resueltos con la ayuda de tecnologías baratas y fáciles de usar. Se le puede apoyar con dinero aquí.
Le perdonamos a la Chen, eso sí, que al final de su magnífica charla aluda a la cuestión del control de la población en estos paises. Parece que los occidentales no conseguimos quitarnos de la cabeza ese paternalismo decimonómico que nos lleva a pretender diseñar los modelos familiares y sociales de estas gentes. Pero ya se sabe que en estas elites hipermegaguays como la de TED, si te quieres abrir un hueco tienes que tener algún gesto como de ingeniero social, no vaya a ser que te tomen por un prolife irredento… En cualquier caso, me quedo con el valor que tienen la idea, el proyecto y el abrazo caluroso que puede salvar a tantos niños. Olé!
Posted by María on 25/01/2011 at 7:36 pm
¿Era necesario acudir a la limitación de la natalidad? ¡qué triste! soy prematura, no había incubadoras y soy la mediana de nueve: calor de madre, ingenio de ese tipo.